Año XXXI, Marzo 1990 No. 697
Nota del editor: El Profesor Julio Cole enseña Moneda y Banca en la Universidad Francisco Marroquín, de la que se graduó de Economista con honores en 1978. Posteriormente hizo estudios de postgrado en la Universidad de Rochester. En 1987, Praeger de N. Y. publicó su libro, INFLATION IN LATIN AMERICA.. Artículos suyos han sido publicados en Freeman, Journal of Económic Growth, LIBERTAS, y Revista Occidental. Tiene en preparación la primera edición en español de los ensayos técnicos de teoría monetaria de Milton Friedmann. En Enero de 1990 se dio a conocer su traducción del libro «Adam Smith: El Hombre y sus Obras»., escrito por E. G. West.
Adam Smith (1723-1790)
Por Julio H. Cole
Dos siglos después de su muerte, Adam Smith es aún considerado por muchos como la figura más importante en la historia del pensamiento económico. Su célebre obra Investigación sobre la Naturaleza y Causa de la Riqueza de las Naciones dio a luz el espíritu del capitalismo moderno, y presentó su justificación teórica en una forma que dominó el pensamiento de los más influyentes economistas del siglo XIX y que sigue inspirando a los defensores del mercado libre, e incluso hoy en día.
Sin embargo, aunque pocas personas cuestionarían su importancia para la historia de la ciencia económica, es importante recordar que Smith no era únicamente (ni acaso principalmente) un economista ―de hecho, en sus tiempos la economía aún no se había desarrollado como disciplina independiente― y él mismo consideraba su Riqueza como una exposición parcial de una obra más amplia sobre «los principios generales de la ley y del gobierno, y de las diferentes revoluciones que en éstas se han producido en las diferentes épocas y periodos de la sociedad», obra que deseaba escribir pero que nunca llegó a completar. Más aún, incluso en La Riqueza de las Naciones es evidente que para Smith la ciencia económica era mucho más que la teoría de precios, producción y distribución, moneda y banca, finanzas públicas, comercio internacional, y crecimiento económico, campos que hoy en día se consideran como especialidades en si mismos. Naturalmente que todos estos temas se discuten en el libro, pero también incluye detalladas discusiones sobre tópicos tan diversos como historia eclesiástica, demografía, política educacional, ciencias militares, agricultura, y asuntos coloniales. En efecto, la amplitud de sus intereses, que abarcaban no solo economía, ética, filosofía política, y jurisprudencia, sino también literatura (antigua y moderna), lingüística, psicología, y la historia de la ciencia, debe asombrar al moderno especialista, pero no menos asombrosa es la profundidad analítica que exhibe en todos sus estudios.
Primeros Años e Iniciación Profesional
Adam Smith nació en 1723 en Kirkcaldy, Escocia, hijo póstumo de Adam Smith, oficial de aduanas, y Margaret Douglas. Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento, pero fue bautizado el 5 de Junio, 1723. Poco se sabe de su infancia, excepto que a la edad de 4 años fue raptado por una banda de gitanos, siendo rescatado gracias a la acción de su tío.«Me temo que no hubiera sido un buen gitano», comentó John Rae, su principal biógrafo. Aparte de este incidente, la vida de Smith fue singularmente tranquila, y su historia es esencialmente la de sus estudios y sus libros.
En 1737, a la edad de 14 años, habiendo concluido su curso en la escuela local de Kirkcaldy, Smith ingresó en la Universidad de Glasgow, donde fue influido por «el nunca olvidado» Francis Hutcheson, el famoso profesor de filosofía moral. Luego de su graduación en 1740, Smith obtuvo una importante beca para Oxford, donde estudió por seis años en Balliol College. Sin embargo, el ambiente intelectual en Oxford en esa época era pobre y decepcionante («. . .hace mucho tiempo que la mayor parte de los profesores oficiales (en Oxford) abandonaron las obligaciones de la enseñanza», y ¿. . .será por propia culpa si en Oxford alguien llega a poner en peligro su salud por exceso de estudio. . .»). Smith dedicó estos años a un programa de lectura intensiva en filosofía y literatura, tanto modernas como clásicas.
Habiendo retornado a la casa de su madre en 1746, Smith se dedicó a buscar un empleo adecuado, a la vez que continuaba sus estudios. En 1748 viajó a Edimburgo, donde bajo el auspicio de Lord Henry Kames dictó por tres años una serie de conferencias públicas sobre retórica y letras. En 1751 fue llamado por su propia Universidad de Glasgow para ocupar primeramente la cátedra de Lógica, y luego la de Filosofía Moral. Este último cargo lo ejerció por 12 años, período que luego describiría como «el más útil y por tanto el más feliz y honorable de mi vida».
Su curso de filosofía moral estaba dividido en cuatro partes: teología natural, ética, jurisprudencia, y economía política . En 1759 publicó su primer libro, La Teoría de los Sentimientos Morales, que incorporaba la segunda porción de su curso, y que casi inmediatamente estableció su reputación académica y literaria. En publicó un ensayo sobre «La Primera Formación de los Idiomas», que fue incluido como apéndice en posteriores ediciones de los Sentimientos Morales (se publicaron seis ediciones durante su vida).
En 1763 Charles Townshend ofreció a Smith una pensión vitalicia a cambio de que sirviera como tutor de su hijastro, el Duque de Buccleuch, durante un viaje de tres años por Francia. Smith entonces renunció a su cátedra y se embarcó en su único viaje al extranjero, en el curso del cual conoció a Voltaire en Ginebra, y se asoció con Turgot, Quesnay, y otros economistas y enciclopedistas franceses durante su estadía en París. En 1766 la repentina enfermedad y muerte de Hew Scott, el hermano del duque. puso fin al viaje, forzando un repentino retorno a Inglaterra.
La Riqueza de las Naciones
Durante los siguientes siete años Smith vivió con su madre en Kirkcaldy, dedicando la mayor parte de su tiempo a su siguiente libro, La Riqueza de las Naciones. Este período también lo describió como feliz («Quizá nunca estuve (tan feliz) en toda mi vida»). En 1773 viajó a Londres, llevándose su manuscrito consigo, y durante cinco años vivió en Londres, donde su círculo de amigos incluía a Edward Gibbon y Edmund Burke.
En Marzo de 1776 se publicó finalmente La Riqueza de las Naciones. La obra tuvo un éxito inmediato y duradero: la primera edición se agotó en seis meses, y durante la vida de Smith se publicaron cinco ediciones (1776, 1778, 1784, 1786, y 1789). Además, en cuestión de tres décadas se había traducido a por lo menos seis idiomas extranjeros: danés (1779-80), tres versiones francesas (1781, 1790, y 1802), alemán (1776-78), italiano (1780), español (1794) y ruso (1802-06).
La única otra obra publicada por Smith durante su vida (aparte de dos artículos sobre temas literarios escritos para el Edinburgh Review en 1755) fue su «Carta a (William) Strahan», de 1777, sobre la muerte de David Hume. Su cálido elogio de las cualidades morales de su gran amigo motivó grandes protestas en todo el Reino Unido. Smith habría de anotar después:«Una simple e inofensiva hoja de papel... me causó diez veces más vituperios que el violento ataque que realicé en contra de todo el sistema comercial de la Gran Bretaña».
En 1778 Smith fue nombrado Comisionado de Aduanas para Escocia, cargo que desempeñó hasta su muerte, viviendo con su madre y su prima, Miss Janet Douglas, en Edinburgo. En 1787 Smith fue elegido Lord Rector de la Universidad de Glasgow, sirviendo hasta 1789. El 17 de Julio de 1790, lleno de honores, Adam Smith murió a la edad de 67 años.
Publicaciones Póstumas
En 1795, los ejecutores literarios de Smith, Joseph Black y James Huton, editaron y publicaron una colección de «Ensayos sobre Temas Filosóficos» que incluía un juvenil ensayo sobre a «Historia de la Astronomía» que aparentemente formaba parte del proyecto más amplio de una «historia de las ciencias liberales y artes elegantes». La más conocida edición moderna de estos ensayos es la de J. R. Lindgren (ed.), The Early Wrltings of Adam Smith (Nueva York. Kelley. 1967), que también incluye el ensayo sobre la formación de los idiomas.
Antes de su muerte, Smith había ordenado la destrucción de la mayoría de sus otros manuscritos inéditos, entre los cuales probablemente se encontraban sus conferencias sobre religión natural y sobre jurisprudencia, lo mismo que sus lecciones sobre retórica. La mayor parte de este material probablemente se perdió para siempre, aunque ciertas partes han sido recuperadas indirectamente en la forma de apuntes tomados por estudiantes en los años 1762-64.
En efecto, en 1895 el Prof. Edwin Cannan se enteró de la existencia, en manos de un abogado de Edimburgo, de un manuscrito que identificó como los apuntes de clase, tomados por un estudiante, de un curso sobre jurisprudencia dictado por Smith poco antes de su viaje a Francia. (Posteriormente se logró establecer que estas conferencias fueron efectivamente dictadas durante la porción del ciclo académico de 1763-64 que precedió su partida). Cannan editó estos apuntes y los publicó bajo el título de Lectures on Justice, Police, Revenue and Arms, delivered in the University of Glasgow by Adam Smith (Oxford: Clarendon Press, 1896).
En 1929, la Biblioteca Clements de la Universidad de Michigan adquirió una colección de documentos que habían pertenecido a Alexander Wedderburn, entre los cuales se encontraba un manuscrito que el Prof. G. H. Guttridge identificó como un memorándum sobre «El Problema Americano» escrito por Adam Smith en 1 778. Este manuscrito fue editado por Guttridge y publicado en la American Historical Review, 38 (1933), pp. 714-20.
Finalmente, dos juegos adicionales de apuntes de clase fueron descubiertos por el Prof. John M. Lothian en 1958. Uno de estos correspondía a un curso de retórica y letras, dictado por Smith en Glasgow en la sesión 1762-63. Estos apuntes fueron editados por Lothian y publicados bajo el título Lectures on Rhetoric and Belles Lettres (Londres. Nelson, 1 963). El segundo juego de apuntes, correspondiente al curso de jurisprudencia dictado durante la misma sesión, no fue publicado sino hasta 1978, como parte de la Glasgow Edition of the Works and Correspondence of Adam Smith (Oxford University Press, 1976-83).
En esta época de excesiva especialización, no pueden dejar de impresionarnos la amplitud y profundidad de la erudición de Smith, fiel y genuino representante del espíritu de la Ilustración Escocesa. Sin embargo, por mucho que admiremos sus logros en campos tan variados, no puede negarse tampoco que la posteridad ha decidido recordarle principalmente por sus contribuciones a la ciencia económica, y su fama siempre se basará mayormente en su obra maestra, La Riqueza de las Naciones. Aunque escrita en inglés en el siglo XVIII, ahora pertenece al mundo y a todos los tiempos. Smith separó definitivamente la economía del restrictivo marco de referencia mercantilista, que negaba los beneficios del libre comercio entre las naciones, e hizo de ella el estudio del orden social espontáneo (y generalmente no-intencionado) que surge de los intercambios voluntarios entre individuos que producen beneficios para todas las partes involucradas, sean domésticas o extranjeras. En tanto sobreviva en este mundo el amor por la libertad, los hombres libres seguirán inspirándose en Adam Smith, autor de La Riqueza de las Naciones.
El Curso Natural de las cosas
«Los planificadores perturban la naturaleza en su curso y operación sobre los asuntos de los hombres, y no se requiere sino dejarla libre y que siga su curso para que alcance su propio destino».
«Más nada es necesario para lograr la opulencia del más bajo barbarismo que el que haya paz, bajos impuestos y una tolerable administración de justicia; todo lo demás se produce dejando que la naturaleza siga su curso».
«Todos los gobiernos que impiden el curso de la libertad natural, que encauzan las cosas a la fuerza por otros canales, y que tratan de impedir el progreso de la sociedad en algún punto particular, son innaturales y por lo tanto, tienen obligadamente que ser opresivos y tiránicos».
Adam Smith, (1749)