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Año: 32, 1990 No. 709
UNA HISTORIA DE DOS HUERFANOS
Por Juan F. Bendfeldt
El empresario es la persona capaz de ver posibilidades de beneficio social el beneficio de los demás ahí donde otros no las ven, y con esa visión hace pequeños aportes que sumados en su conjunto constituyen lo que los demás identificamos como «el progreso».
El empresario toma decisiones para organizar las fuerzas del trabajo de una nueva manera, o para ofrecer un nuevo servicio o producir un nuevo producto, y en el proceso obtener un beneficio para si mismo. Son sus decisiones las que orientan el proceso económico hacia la satisfacción y bienestar de los demás miembros de la comunidad.
El espíritu empresarial se encuentra en todos, si bien en grado desigual. Así corno hay quienes tienen talentos particulares para ser excelentes talladores de muebles, o músicos, o matemáticos, o agricultores, o herreros, hay también quienes han recibido el don de la visión empresarial más que los demás. De la misma forma en que es de interés social que el tallador nos brinde el fruto de sus manos y el músico su melodía también es de interés social que el talento empresarial florezca y nos brinde sus beneficios.
No hay historia del progreso de la humanidad sin la historia de sus actores. En celebración del 10 de septiembre, DIA DE LA LIBRE EMPRESA, presentamos en este número dos breves notas con las que rendimos homenaje a dos pobres niños huérfanos.
DE UN TREN DE CARRETAS A LA MAS EXITOSA ORGANIZACIÓN COMERCIAL DE CENTROAMERICA
En 1904 nació en la Finca La Vega del Cobán, en el Oriente del país, quedando huérfano de madre y padre a los seis años. Emprendió su primer actividad de negocios a los doce: durante las vacaciones escolares organizó un tren de carretas para transportar carga entre Zacapa y Teculután. Después compró una tienda dentro del mercado de Zacapa y seguidamente, una farmacia en la aldea La Reforma. En la farmacia perdió todo lo que había ganado en el comercio. Pobre, se trasladó a Quetzaltenango, en donde al no encontrar empleo, aprendió el oficio de zapatero y estudió para Perito Contador. En 1928, me trasladó a la ciudad de Guatemala en donde compró la tienda «La Bombita» por Q.1,400.
Seis décadas después, tras mucho trabajo y una visón constante de servir mejor a sus clientes, Don Carlos Paiz Ayala está al frente de una de las más exitosas empresas comerciantes de la región. Con un equipo de trabajo de más de 3,000 empleados, colaboradores y accionistas, la ORGANIZACLON PAIZ es Toda una red de almacenes, tienditas, supermercados y expendios populares.
¿Cómo. lo logró?
Don Carlos relata: «Supe, desde muy pequeño, que el éxito el triunfo solamente se logra a través de esfuerzo. Quien se jacta de no haber experimentado ni siquiera un fracaso no dice la verdad, o simplemente no ha avanzado. Los sinsabores, en vez de amilanarme más bien me han fortalecido».
Esa actitud de enfrentar creativamente los retos difíciles ha caracterizado las actividades de la Organización Paiz, un legado de su fundador.
«En ‘La Bombita continúa Don Carlos experimenté mi primerfracaso, ya que la tiendecita de materiales eléctricos era precariamente surtida, y lego yo en la materia, constituía más bien un lastre que una buena oportunidad de progresar».
Conociendo el oficio de zapatero, transformó esa tienda según cuenta en una empresa orientada «a venderle al zapatero todo lo que necesitaba para confeccionar un par de zapatos. En aquella época, la mayoría de la gente se mandaba a hacer zapatos a la medida. La clientela creció de la noche a la mañana». Estableció una tenería, y poco a poco, sus productos de chumpas de cuero y pelotas deportivas adquirieron fama. A esa le siguieron departamentos de materiales para corte y confección, productos de belleza y medias. Y nuevos lugares de venta.
Con el lema «BAJAMOS LOS PRECIOS SIN BAJAR LA CALIDAD», las actividades empresariales que inició Don Carlos son hoy día un ejemplo de lo que puede hacerse cuando hay libre empresa.
Don Carlos Paiz Ayala es pionero en organizar Centros Comerciales en Guatemala y Centroamérica; fue el primero en popularizar el autoservicio, no solamente en supermercados, sino en almacenes generales. Fue el primero, también, en convertir en socios a sus empleados, y en crear incentivos superiores a los establecidos en las leyes. La Organización Paiz estimula activamente las actividades de artistas nacionales con la celebración de la Bienal de Arte Paiz y el patrocinio de eventos y actividades musicales y culturales. Contribuye también con sus aportes a las principales obras benéficas del país.
Sin duda, la razón de este éxito se resume es la frase de Don Carlos: «SILO PODEMOS SOÑAR, LO PODEMOS LOGRAR».
LA MEJOR HAMBURGUESA DEL MUNDO
Desde que tenía doce años soñó con estar en el negocio do las hamburguesas. Lo logró 25 años después. Hoy día dirige la cuarta cadena más grande de restaurantes en el mundo, con más de 3,500 establecimientos de venta. De empleado leal y esforzado se convirtió en un formidable empresario competidor.
David Thomas nació en 1937, quedando huérfano poco después. Comenzó a trabajar desde niño; sus primeros dos empleos fueron muy duros, y de ambos fue despedido. Su primer contacto con el negocio de comida fue como dependiente de mostrador en una cafetería. A los quince años obtuvo empleo como limpia-mesas en el restaurante Hobby House de Indiana, en los Estados Unidos, puesto que dejó para entrar en las fuerzas armadas a los diez y siete. En el ejército aprendió el oficio de panadero y a manejar un club de oficiales, conocimientos que aplicó al regresar a Hobby House tras completar el servicio militar. En esa empresa se esforzó y pasó a ocupar diversos puestos en todos los niveles., lo que le permitió conocer el negocio a fondo. Culminó su carrera cuando fue ascendido a Vicepresidente. En todos esos años nunca olvidó su sueño de dedicarse a las hamburguesas.
En 1956, Hobby House obtuvo una de las primeras concesiones para le nueva línea de pollo frito «Kentucky Fried Chicken». Esa fue una nueva oportunidad para Thomas, quien aprendió del fundador de esa cadena muchas de las técnicas para mercadear comida popular en gran escala. Fue Thomas, sin embargo, quien sugirió al Coronel Harland Sanders que la línea de sus restaurantes fuera exclusivamente de pollo frito; y fue él quien propuso agregar a la marca de esa cadena la famosa «cubeta de pollo» David Thomas llegó a ser Gerente Regional de Operaciones de más de 300 restaurantes del pollo frito.
Al jubilarse de ese puesto se dedicó a llevar su sueño de la niñez a la realidad: PRODUCIR LA MEJOR HAMBURGUESA DEL MUNDO.
Fue en 1969, desafiando los consejos de los expertos que le dijeron que el negocio de las hamburguesas estaba saturado y que el mercado no permitiría una nueva cadena, que abrió el primer RESTAURANTE WENDYS. Thomas había percibido una oportunidad para complacer las demandas de los consumidores: ¡la hamburguesa tradicional estaba siendo abusada! Producción en masa de hamburguesas, pre-cocinadas, con salsas pre-mezcladas en lugar de frescos tomates y lechugas, mantenidas tibias al vapor o con lámparas...
La producción en masa también había eliminado la posibilidad de darle variedad al consumidor. ¡Thomas ofreció 256 diferentes opciones! Y si las hamburguesas preparadas bajo pedido daban la impresión de tomar mucho tiempo, introdujo una nueva modalidad para vender, rápido: la ventanilla de despacho para automóvil. Con la idea de crear un ambiente familiar, Thomas dio a su cadena de restaurantes el nombre de una de sus hijas, una pecosita pelirroja a quien sus hermanos apodaban WENDY.
En las palabras de David Thomas: «WENDYS ES PRUEBA DE QUE EL SISTEMA DE LIBRE EMPRESA BRINDA OPORTUNIDADES PARA QUIENES DESEAN ALCANZAR EL EXITO. SOMOS UNA EMPRESA DE PERSONAS QUE CREEN EN LA ETICA DE LA HONESTIDAD, LA INTEGRIDAD, EL TRABAJO ARDUO, Y LA INTENCION DE DEJAR MAS EN ESTA VIDA DE LO QUE SE TOMA».
EL PROGRESO
«El progreso es una simple consecuencia de las decisiones de todos los que buscan mejorar sus propia condición, en un ambiente de respeto a los demás» «¿Qué es la libre empresa como sistema social? La respuesta es muy sencilla: dejar a las personas en paz para que cada una pueda buscar su felicidad. No ofrece ninguna garantía de que todos tengan éxito, pero sí garantiza que aquellos que lo hagan causarán beneficios a todos los demás»JUAN F. BENDEFELDT , «Por la Libre Empresa», 1989