Año: 39, Noviembre 1997 No. 835

N.D.: Israel Kirzner nació en Londres en 1930. Discípulo directo de Mises, se convirtió en destacado exponente de la denominada Escuela Austríaca de Pensamiento Económico. Se desempeña actualmente como profesor de economía en la Universidad de Nueva York. Ha escrito y editado varios libros sobre metodología y economía austríaca entre los que destacan: "The Economic Point of View", "Competition and Entrepreneurship", "Discovery, Capitalism and Distributive Justice", "The Meaning of Market Process", "How Markets Work", "Essays on Capital and Interest" y otros. Esta entrevista fue publicada en el diario guatemalteco El Periódico el 21 de septiembre de 1997. Fue realizada por Hugo Ordóñez, miembro del Consejo Editorial del mismo..

En defensa del mercado Entrevista con Israel Kirzner

Por Hugo Ordóñez

Usted es discípulo de Mises y Hayek, y está considerado como el heredero intelectual de la "Escuela Austríaca" de pensamiento económico. ¿Cómo llegó a esta escuela y cuál ha sido su contribución?

Después de obtener mi grado de licenciatura en la Universidad Brooking, decidí continuar mis estudios de maestría en la Escuela de Negocios de la Universidad de Nueva York. En aquel tiempo, Mises enseñaba allí y decidí asistir a su Seminario. Tomé algunos cursos con él y muy pronto me descubrí fascinado por su aproximación a la economía.

Mises me introdujo en las lecturas de Hayek y llegué al convencimiento de que los austríacos tenían contribuciones significativas que hacer; que su pensamiento iluminaba nuestra comprensión de los fenómenos económicos en la sociedad, en formas que los economistas convencionales, eran incapaces de comprender. Esto me llevó a seguir a Mises y Hayek. Durante los años ‘70 me dediqué a desarrollar explicaciones de la economía misesiana que me condujeron a la realización de síntesis del pensamiento de Mises y de Hayek, de la función empresarial, y del énfasis hayekiano en el conocimiento. Creo que estas síntesis han sido valiosas y veo en ellas mi propia contribución a la moderna economía austríaca y a sus investigadores.

La economía es una disciplina muy amplia, dividida en diversas "escuelas" de pensamiento económico: keynesianos, post-keynesianos, neo-keynesianos, clásicos, neo-clásicos, monetarista, opción pública, liberales, neo-liberales, etc. ¿Cómo surgió y se desarrolló la escuela Austríaca?

Una de las afortunadas características de la profesión económica en la actualidad es precisamente que hay tantas escuelas de pensamiento. Por esto, hay apertura hacia una pequeña escuela como la austríaca. La escuela austríaca es el desarrollo de una tradición que empezó en Viena en 1871, con la publicación por Karl Menger de su "Grundsätze", posteriormente traducido como "Principios de Economía". Esta tradición fue desarrollada y se convirtió en una escuela de pensamiento por el trabajo de los discípulos de Menger, que floreció hasta alrededor de 1930 y fue reconocida como una de las importantes escuelas de pensamiento económico de los inicios del siglo XX. Durante la década de los ‘30, la escuela austríaca sufrió innumerables problemas: el grupo de Viena, que rodeaba a Mises, se dispersó por razones políticas. Mises fue a Ginebra; Hayek había ido a Londres; Machlup, Morgenstein, Haberler y otros fueron a Estados Unidos. Así, el grupo que había florecido durante los ‘20 se dispersó repentinamente. Las ideas de ese grupo entraron en conflicto con algunas de las nuevas ideas, particularmente las de Keynes, las de los economistas matemáticos, las ideas de Walras sobre la Teoría General del Equilibrio, que llegaron a dominar el campo teórico.

Con el advenimiento de estas ideas, la Escuela Austríaca sufrió una brusca declinación en los ‘30 y los ‘40, y podríamos decir que alrededor de 1945, se creía que había pasado a la historia. No obstante ser dos figuras prominentes y reconocidas internacionalmente, Mises y Hayek eran vistos como los últimos vestigios de lo que una vez fuera una importante escuela. Ellos continuaron realizando nuevos aportes. De hecho, desde mi punto de vista, fueron sus trabajos publicados alrededor de 1949 los que llevaron la tradición austríaca a nuevas alturas, a nuevos y mayores niveles de comprensión; fueron, yo diría, significativamente más lejos que la tradición que había florecido a principios del siglo. Yo tuve el honor y el privilegio de estudiar bajo la dirección de Mises en la década de los ‘50 aunque por entonces, esto estaba totalmente pasado de moda. Hubo otros discípulos de Mises, entre quienes destacó Murray Rothbard, que gradualmente fueron influyendo en otros economistas y estudiantes jóvenes. Mises murió en 1973, pero la difusión de sus ideas continuó y en la actualidad, hay centenares de profesores universitarios y millares de jóvenes estudiantes alrededor del mundo, que entienden el pensamiento económico de la escuela, que aprecian y valoran las preguntas y los retos que ésta le plantea a la economía convencional, y que comprenden y reconocen las importantes contribuciones que realiza. La profesión reconoce en la actualidad que la Escuela Austríaca, aunque pequeña, ha realizado importantes aportes, ha desarrollado herramientas de pensamiento válidas y potencialmente importantes.

¿Qué importancia tiene la Escuela Austríaca?

La economía austríaca es un cuerpo de ciencia positiva, de explicaciones positivas que no constituyen por si y ante si un programa político, o ideológico. Proporciona herramientas intelectuales para aquellos que entienden que los mercados libres son

instituciones valiosas, especialmente para la gente común. El mercado libre alcanza eficiencia, prosperidad y coordinación en una forma que permite obtener lo mejor con los recursos disponibles. Esto, mediante la cooperación entre los miembros de la sociedad; a través de su participación en un fructífero proceso de producción e intercambio basado en la división del trabajo. En la medida que la economía austríaca proporciona, una explicación válida y, creo que probablemente, la única explicación válida de por qué es esto así, ciertamente considero que no solamente tiene relevancia para la gente común sino que muy bien puede abrir las puertas para un reconocimiento profesional más amplio

El mercado libre alcanza eficiencia, prosperidad y coordinacion en una forma que permite obtener lo mejor con los recursos disponibles.

Los economistas Austríacos tienen un profundo aprecio por el mercado libre. Sin embargo, sus opositores presentan fuertes argumentos para "regular" o intervenir el mercado: razones éticas, la incapacidad del mercado para generar pleno empleo, su énfasis en el lucro, su incapacidad de producir una justa y equitativa distribución de la riqueza. ¿Qué piensa de estos argumentos?

La mayoría de los argumentos económicos para regular el mercado descansan presuntamente sobre bases de eficiencia. La intervención del mercado no es necesaria para promover eficiencia, por el contrario, tiende a impedirla. En cuanto a los argumentos éticos, la economía no es una ciencia de la ética. Yo pienso que la mayoría de las objeciones éticas en contra del mercado son el resultado de la incomprensión de su alcance. Es verdad que se pueden plantear objeciones éticas sobre los deseos de los consumidores, que puede parecer justificado interferir el mercado, con la publicidad, con la calidad de lo que se produce y vende, supuestamente por el bien del consumidor. Esto descansa en premisas filosóficas que fácilmente pueden definirse como paternalismo, y no hay nada en la ciencia económica que nos diga que éste es malo. Yo creo que la mayoría de los que participan en la economía no desean estar sujetos al paternalismo. Creo que criticar al mercado por aquello que los consumidores desean comprar, es un argumento que cae por si mismo ante la opinión de la mayoría de los consumidores.

La pregunta se refiere al pretendido fracaso del mercado para promover pleno empleo. Esto es un mito. Creo que un sistema económico libre, tenderá a promover pleno

empleo. El mercado del trabajo es un mercado como cualquier otro. Si se permite que sus precios sean flexibles, si se permite que los empresarios puedan innovar, crear nuevas industrias, nuevas maneras de hacer las cosas, siempre habrá una tendencia hacia el pleno empleo, pero una tendencia no es una garantía de que habrá un empleo para absolutamente todos.

...un sistema económico libre tenderá a promover pleno empleo.

Qué sea una distribución justa de la riqueza es un tema muy debatible y los economistas tenemos muy poco que decir respecto de la justicia. Una economía libre ciertamente no genera una equitativa distribución del ingreso o la riqueza. Creo que la supuesta injusticia distributiva del mercado se basa en la incomprensión. Permítame citar un ejemplo: la ganancia, las utilidades económicas puras son, frecuentemente, el origen de ingresos muy desiguales. Las ganancias son consideradas por algunos críticos como injustas, pues afirman que no existe justificación para obtener utilidades por encima de los costos de producción. Sin embargo, cuando se comprende que las utilidades puras son el resultado de un proceso de creación, del descubrimiento de algo que no existía antes, resulta claro que las utilidades económicas no son algo que se quita a los trabajadores o de los consumidores, que las utilidades son algo creado por un innovador, por un empresario que vio algo, las posibilidad de una clase de producción que otras personas no habían visto. El economista no afirma que esto sea justo, pero puede pretender que la mayoría de individuos lo vería justo si su verdadero carácter y naturaleza fueran comprendidos. No estoy convencido de la validez de estas críticas al mercado

¿No demuestran las externalidades el fracaso del mercado?

Los críticos del mercado piensan que éste falla siempre que existen externalidades, esto es, siempre que las acciones de un individuo tienen impactos sobre el bienestar de otros, positivo o negativo, impactos que dentro del ámbito de las circunstancias e incentivos que operan alrededor del que acciona, no son considerados o tomados en cuenta. Yo simpatizo con esta percepción. Hay algo en ella y ciertamente no es un problema simple, pero me gustaría señalar algunos malentendidos. Mises advirtió que, siempre que existen externalidades, éstas son el resultado de imperfecciones en la asignación o en la protección de los derechos a la propiedad. En un sistema donde los derechos a la propiedad privada están correctamente protegidos, es imposible para cualquiera beneficiarse de la propiedad de otros sin tener que pagar por ello. También sería imposible para cualquiera, dañar la propiedad de otras personas sin tener que pagar compensación por ello.

El fenómeno de las externalidades, en otras palabras, resulta de imprecisiones en la asignación y en la protección de los derechos de propiedad. Hay buenas explicaciones económicas para estas imprecisiones, y creo que sería económicamente imposible identificar y proteger todos los derechos de propiedad, en la medida requerida para evitar todas las externalidades. Esto es probablemente cierto, pero no debemos dejar de reconocer que tales imperfecciones no constituyen en realidad fallas del mercado sino son el resultado de imperfecciones inevitables en el sistema de derechos a la propiedad privada.

¿Cuáles son los límites del mercado?

Ciertamente, el mercado tiene límites, pero de una naturaleza diferente a las generalmente planteadas por sus críticos. Estos límites no representan un fracaso del mercado para alcanzar la coordinación con relación al sistema de derechos de propiedad existentes. Mas bien, representan su incapacidad para alcanzar coordinación espontánea en aquellas áreas en las cuales aún no existen instituciones del mercado.

Permítame ampliar un poco a este respecto. Los mercados solo pueden existir y prevalecer cuando hay algunas instituciones fuertemente arraigadas. La más evidente es la propiedad privada, pero también la libertad de contratación y la obligatoriedad de los contratos. Sin estos pre-requisitos, es imposible siquiera imaginar la posibilidad del mercado. Por lo tanto, considero muy importante reconocer que existen límites para el mercado. Estos límites están impuestos por la existencia de las instituciones que lo permiten. Afuera de estas fronteras institucionales, no podemos tener mercados y esto nos obliga a reconocer que existe un papel positivo para el gobierno, en identificar, establecer y proteger estas instituciones.

El carácter no intuitivo del razonamiento económico es un arma poderosa en manos de los enemigos del liberalismo.

Algunos pensamos que, si acaso el siglo XX nos ha enseñado algo, esto es que el socialismo y el intervencionismo económico han fracasado. De igual manera, los beneficios del liberalismo son evidentes incluso en la China Comunista. Sin embargo, persiste un amplio rechazo y aún una demonización del Neo-liberalismo. ¿Por qué?

Creo que tiene usted razón en que el público en general ha sido persuadido por los acontecimientos de los últimos 20 años que el socialismo ha fracasado. También pienso que los beneficios del liberalismo clásico son generalmente comprendidos, aunque persiste un rechazo y una demonización hacia el liberalismo que no creo que desaparezca en mucho tiempo. El carácter no intuitivo del razonamiento económico es un arma poderosa en manos de los enemigos del liberalismo. Los políticos encuentran fácil argumentar en favor de la intervención, porque pueden señalar problemas obvios que parecen tener soluciones también obvias. Su búsqueda de influencia y su necesidad de "hacer algo" para responder a las necesidades del público, los motiva a establecer controles y a manipular la economía. Si un precio está muy alto, hay una demanda para "hacer algo" como una ley que prohiba subir ese precio. Si un precio parece muy bajo, se puede promover una ley que prohiba que esté bajo. Yo pienso que jamás estaremos libres de esta clase de incomprensiones, y que siempre habrá una tensión entre los beneficios del liberalismo, que parecen estar demostrados por la historia, y las razones aparentemente obvias para insistir en reformas particulares que gozan del apoyo del público.

Deseo mencionar otro punto. Las economías que se pretenden mostrar como ejemplos exitosos del mercado, no son realmente economías libres. Con demasiada frecuencia, lo que ha sucedido es que el gobierno ha proporcionado incentivos a industrias seleccionadas y a empresas escogidas dentro de estas industrias, para que participen en actividades "del mercado". Esta es en realidad una manera de manipular el mercado, para desarrollar programas centralmente planificados. Resulta después fácil afirmar que estas economías no prueban los beneficios del liberalismo, sino los beneficios y las ventajas de los programas centrales cuidadosa y sabiamente planificados. Lo que parece estar comprendido es que la mejor manera de hacer que la gente trabaje vigorosamente es dándoles incentivos de propiedad privada. El gobierno entonces, reparte estos incentivos de acuerdo con su plan de crecimiento y subsidia esta o aquella actividad económica. Esto me parece evidencia de una muy débil y distorsionada comprensión de los beneficios del mercado. El elemento crucial del mercado es que éste descubre qué incentivos son necesarios y en dónde, de una manera imposible de igualar por ninguna decisión centralmente planificada. Esta ventaja del mercado no es ampliamente reconocida. Lo que se reconoce es que, para conseguir que la gente trabaje más duro, hay que apelar a su interés, lo cual es verdad, pero refleja una muy pobre comprensión de las lecciones de la ciencia económica.

¿Cuál es su respuesta a la pregunta de James Buchanan: "¿Qué debe hacer un economista?"?

James Buchanan es uno de mis economistas favoritos. No solamente es mi buen amigo sino amigo de la verdadera ciencia económica. No es austríaco, pero ha realizado independientemente, muchos de los hallazgos de la Escuela Austríaca. La verdad es que los economistas tenemos menos que hacer que lo que la gente generalmente piensa. En parte, muchos economistas apoyan la intervención gubernamental en la economía, porque esto genera excelentes empleos para la profesión. Todo lo que un economista puede hacer es explicar cómo funciona el mercado. Estoy de acuerdo con Buchanan en que el tema central de la economía es explicar el hecho no intuitivo que, sin una dirección centralizada, una economía de mercado tiende a coordinar millones de decisiones. Este es un fenómeno extraordinario, un fenómeno que viola el sentido común y que a la mayoría de las personas simplemente les parece que no puede ser. La responsabilidad, la tarea del economista es explicarle a la sociedad cómo y por qué esto es posible. Cómo, sin planeación centralizada, el mercado produce una coordinación de los innumerables deseos de los consumidores, la disponibilidad de recursos, los estímulos para realizar descubrimientos e innovaciones tecnológicas, y la organización de la inversión, de una manera tal que conduce al crecimiento económico y a la prosperidad general.

Las realidades económicas y las realidades políticas rara vez coinciden. Un país pobre como Guatemala, que está saliendo de una guerra interna, con institucionalizada precaria, alto grado de analfabetismo y enorme prejuicio contra el mercado, ¿Tiene esperanzas de alcanzar desarrollo económico?

Su pregunta reconoce la existencia de un marco institucional precario. Este obstaculiza el surgimiento de una economía próspera. No pienso que una economía exitosa dependa de una elevada tasa de alfabetismo, incluso, no pienso que dependa de un elevado grado de simpatía por el mercado. Creo que depende simplemente de la existencia de libertad

de entrada de facto. Si las instituciones del sistema no impiden sistemáticamente la competencia, el ingreso de empresarios innovadores al mercado, éste funcionará. El mercado no requiere de las condiciones perfectas que algunos libros de texto parecen sugerir. Lo que el mercado necesita es libertad para entrar en él. Sabemos que aún en países con muchas regulaciones, el mercado descubre maneras ingeniosas de superarlas. Es importante eliminar las restricciones legales que limitan la participación en el mercado. El desarrollo depende primordialmente de la oportunidad de entrada de nuevos empresarios al mercado.

El elemento crucial del mercado es que éste descubre qué incentivos son necesarios y en dónde.